El Instituto FAIR es una organización sin fines de lucro que se dedica a la promoción y el desarrollo de las mejores prácticas en la gestión de riesgos de información. Fundado en 2016, el instituto se ha convertido en un líder reconocido en el campo de la gestión de riesgos de ciberseguridad.
La misión del Instituto FAIR es proporcionar un foro para profesionales de la gestión de riesgos de información y ciberseguridad para intercambiar ideas, compartir experiencias y aprender sobre las últimas tendencias y desarrollos en el campo. El instituto también se esfuerza por promover la adopción y el uso del modelo de Análisis de Factores de Riesgo de Información (FAIR), una metodología cuantitativa para la gestión de riesgos de información.
El Instituto FAIR está compuesto por miembros individuales y corporativos que representan una amplia gama de industrias y sectores. Los miembros del instituto tienen acceso a una variedad de recursos, incluyendo seminarios web, conferencias, talleres y materiales de formación. Además, los miembros tienen la oportunidad de participar en grupos de trabajo y comités que se centran en áreas específicas de la gestión de riesgos de información.
El Instituto FAIR ha hecho contribuciones significativas al campo de la gestión de riesgos de información. Por ejemplo, el instituto ha desarrollado una serie de estándares y guías para la implementación del modelo FAIR. Estos estándares y guías han sido ampliamente adoptados por organizaciones de todo el mundo y han ayudado a mejorar la eficacia y eficiencia de la gestión de riesgos de información.
A diferencia de otras organizaciones en el campo de la ciberseguridad, el Instituto FAIR se centra exclusivamente en la gestión de riesgos de información. Esto significa que el instituto tiene una comprensión profunda y especializada de los desafíos y oportunidades asociados con la gestión de riesgos de información. Además, el instituto es conocido por su enfoque cuantitativo para la gestión de riesgos, lo que lo distingue de otras organizaciones que utilizan enfoques más cualitativos.
En conclusión, el Instituto FAIR es una organización líder en el campo de la gestión de riesgos de información. A través de su promoción y desarrollo del modelo FAIR, el instituto ha ayudado a avanzar en la comprensión y práctica de la gestión de riesgos de información.
La Evaluación Cuantitativa de Factores de Riesgos de Información, conocida como FAIR, es un instrumento utilizado para examinar y discernir los peligros en relación a la seguridad informativa. Creada por Jack Jones e implantada por el Grupo Abierto como un estándar para el manejo de riesgos de este tipo.
FAIR se funda en dos análisis esenciales: el de posible merma y el análisis de potenciales peligros. El primero se enfoca en los posibles efectos de un incidente de pérdida, mientras que el segundo pone su atención en la potencialidad de que tal suceso ocurra.
El Análisis de Posible Merma engloba la valoración de seis factores:
Envergadura de la merma: Este factor alude al impacto económico que generaría un incidente de pérdida. Se cuantifica en términos de costos directos e indirectos.
Reiteración de la merma: Este factor destaca la asiduidad con la que un incidente de este tipo puede acontecer. Se estima en eventos por año.
Durabilidad de la merma: Este elemento se refiere al tiempo que llevaría recuperarse de tal incidente. Se estima en días, semanas, meses o años.
Posibilidad de la merma: Este elemento pondera la probabilidad de que suceda un incidente de este tipo. Se estima en términos de porcentajes.
Rigurosidad de la merma: Este factor señala la gravedad que un incidente de pérdida tendría. Se cuantifica en términos de impacto en la reputación, en la operatividad empresarial, en lo jurídico, etc.
Inestabilidad de la merma: Este factor indica la fluctuación en los resultados de un incidente de pérdida. Se cuantifica mediante la desviación estándar.
El Análisis de Potenciales Peligros engloba la valoración de cuatro factores:
Aptitud del peligro: Este factor contempla la capacidad de un agente potencialmente peligroso para aprovechar una vulnerabilidad. Se cuantifica en habilidades técnicas, recursos a disposición, motivación, etc.
Contacto del peligro: Este factor destaca la posibilidad que tiene un agente potencialmente peligroso para interactuar con un recurso. Se cuantifica en acceso físico, remoto, etc.
Acción del peligro: Este factor alude a las acciones que un agente peligroso podría desencadenar para aprovechar una vulnerabilidad. Se cuantifica en tipos de ataques, técnicas de explotación, etc.
Eventualidad del peligro: Este factor contempla la probabilidad de que un agente peligroso busque aprovechar una vulnerabilidad. Se estima en eventos por año.
En resumen, FAIR representa un marco guía cuantitativo para examinar y discernir los riesgos en la seguridad informativa. Esto ayuda a las organizaciones en la toma de decisiones con sustento en la gestión de riesgos y para priorizar sus inversiones en materia de seguridad de la información.
El examen de elementos riesgosos para la información, también conocido como FAIR, se apoquína con la contemplación de dos variaciones de elementos riesgosos: los aspectos de perjuicio y los de peligro. Se someten a consideración y cuantificación estos elementos para calcular las eventualidades de seguridad para la información.
Los aspectos de perjuicio aluden a los desenlaces aversivos que son fruto de un peligro. Caben dentro de estos aspectos las secuelas financieras adversas, daño a la fama, disminución de los rendimientos, y demás resultados similares. Dos clasificaciones se identifican en FAIR al estudiar los factores de perjuicio: la magnitud del daño y la frecuencia del daño.
Magnitud del Daño: Una amenaza puede conllevar una pérdida de cierta gravedad, y esta categoría trata de cuantificarla. Indaga en lo relativo al precio en términos de restablecimiento, golpe a la imagen pública y la influencia sobre los rendimientos.
Frecuencia del Daño: Este apartado busca determinar la regularidad con la que se manifiesta una pérdida. Existen variables como el tipo de peligro y las estrategias de seguridad vigentes que influyen en esta clasificación.
Los elementos peligrosos se relacionan con aquellos incidentes o circunstancias potenciales de generar una pérdida. Se encuentran incorporados en este segmento ataques informáticos, hechos naturales perjudiciales, errores por parte de los humanos, y demás eventualidades. FAIR identifica dos categorías para los elementos de peligro: habilidad de la amenaza y probabilidad de materialización de la amenaza.
Habilidad de la Amenaza: La capacidad destructiva que puede ejercer una amenaza se examina aquí. Dependen de elementos como la destreza del agresor, los medios a su disposición y la susceptibilidad del sistema.
Probabilidad de Materialización de la Amenaza: Se examina la posibilidad de que se concrete un peligro. Influyen en esto diversas variables como los incentivos que mueven al agresor y la propensión al surgimiento de oportunidades propicias.
Los elementos FAIR constituyen una estructura que permite evaluar y cuantificar las eventualidades de la seguridad informática. La consideración de los elementos de perjuicio y peligro ofrecidos por FAIR favorece una percepción integral y precisa de los riesgos.
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FAIR, es una metodología innovadora que permite la detección y evaluación precisa de los elementos que ponen en peligro la integridad de la información. Su enfoque se caracteriza por la visión de que el riesgo no es un incidente aislado, sino el resultado de la combinación de diversos factores que constan de una variedad de interrelaciones.
El inicio del proceso de FAIR consiste en la detección de los elementos en riesgo. Para esto, se lleva a cabo una inspección exhaustiva de la entidad, buscando aquellos elementos susceptibles a amenazas de seguridad, incluyendo infraestructuras digitales, redes, datos, personal y procesos operacionales.
Con la identificación completa de los elementos en riesgo, el siguiente paso es realizar su medición. Para esto, se combinan datos previos, modelos estadísticos y la opinión de expertos. El objetivo es calcular tanto la posibilidad de la ocurrencia de un incidente de riesgo, como el posible daño que este causaría a la entidad.
El tercer paso en el proceso de FAIR es la investigación de cómo los diferentes elementos de riesgo interactúan entre sí. Esta fase puede comprender la formulación de modelos representativos de estas interacciones, y la realización de simulaciones para predecir posibles desenlaces.
Para finalizar, las conclusiones del análisis se utilizan para estimar el nivel de riesgo al que está expuesta la entidad. Este paso puede involucrar la comparación de los riesgos detectados con los umbrales de riesgo aceptables de la entidad, y la determinación de si se necesitan medidas de control.
En resumen, FAIR supone una estructura para la comprensión y gestión de los peligros de la seguridad de la información. Mediante la detección y medición de los elementos de riesgo, y el estudio de sus interacciones, se pueden tomar decisiones fundadas sobre la gestión de estos riesgos.
FAIR se destaca de otras estructuras de gestión de riesgos por su enfoque en la medición de riesgos en lugar de simplemente su identificación. Así, las organizaciones pueden tomar decisiones basadas en hechos y no solo en suposiciones o conjeturas.
Además, FAIR entiende que el peligro no es un incidente aislado, sino una combinación de elementos que pueden interactuar de diversas maneras. Esto proporciona una visión panorámica y matizada de los riesgos, a diferencia de las estructuras que tratan el riesgo como un incidente único.
En definitiva, FAIR proporciona un enfoque metódico y cuantitativo a la gestión de riesgos de la seguridad de la información. Al detectar, medir y estudiar los elementos de riesgo, se puede tomar decisiones fundadas respecto a su gestión.
El marco de FAIR se compone de varios componentes clave que trabajan juntos para proporcionar un análisis de riesgo de información completo y efectivo. Estos componentes se dividen en dos categorías principales: factores de riesgo y componentes de medición.
Los factores de riesgo son los elementos que contribuyen al riesgo general. Estos se dividen en dos subcategorías: factores de pérdida y factores de amenaza.
Factores de Pérdida: Estos factores se refieren a las consecuencias negativas que pueden ocurrir como resultado de un evento de riesgo. Incluyen la magnitud de la pérdida, la frecuencia de la pérdida y la vulnerabilidad a la pérdida.
Factores de Amenaza: Estos factores se refieren a las entidades o eventos que pueden causar un evento de riesgo. Incluyen la capacidad de la amenaza, la frecuencia de la amenaza y el contacto con la amenaza.
Los componentes de medición son las herramientas y técnicas utilizadas para cuantificar y evaluar los factores de riesgo. Estos se dividen en dos subcategorías: componentes de medición de pérdida y componentes de medición de amenaza.
Componentes de Medición de Pérdida: Estos componentes se utilizan para cuantificar y evaluar los factores de pérdida. Incluyen la medición de la magnitud de la pérdida, la medición de la frecuencia de la pérdida y la medición de la vulnerabilidad a la pérdida.
Componentes de Medición de Amenaza: Estos componentes se utilizan para cuantificar y evaluar los factores de amenaza. Incluyen la medición de la capacidad de la amenaza, la medición de la frecuencia de la amenaza y la medición del contacto con la amenaza.
En resumen, el marco de FAIR se compone de una serie de factores de riesgo y componentes de medición que trabajan juntos para proporcionar un análisis de riesgo de información completo y efectivo. Al entender y aplicar correctamente estos componentes, las organizaciones pueden identificar, evaluar y gestionar eficazmente los riesgos de información.
Al abordar el Análisis Factorial de Riesgo de Información (FAIR), se debe otorgar primacía a varias preparaciones esenciales.
Antes de apostarse a un análisis FAIR, es indispensable abrazar la integridad del modelo FAIR: comprendiendo sus fundamentos, elementos constitutivos y su contexto de aplicación. Esto posibilita una aplicación precisa de estos principios durante la evaluación de riesgo en cuestión.
El siguiente hito es construir un directorio de los activos seleccionados para analizar. Los tesoros tales como datos, infraestructuras informáticas, hardware, software, entre otros, forman parte de la lista. Recuerde, un inventario detallado de activos proporcionará un marco sólido para un análisis de riesgo efectivo.
Uno debe esculpir un mapa de amenazas para sus recursos seleccionados. Un desafío puede incluir factores perjudiciales que amenazan los activos, que abarcan desde ataques cibernéticos hasta desastres naturales y fallas humanas. Es imprescindible identificar y considerar todas las amenazas imaginables para poder establecer un riesgo plausible.
Después de construir el mapa de amenazas, el siguiente objetivo es definir los controles que se han establecido para salvaguardar los recursos. Entre los controles de seguridad se pueden incluir cortafuegos, sistemas de detección de intrusiones y políticas de seguridad. La identificación de estas medidas de seguridad es fundamental para calibrar el riesgo de manera precisa.
Una vez se han definido los recursos, desafíos y controles, es hora de librar la batalla para una evaluación de riesgo. Este proceso incluye analizar la probabilidad de una amenaza y su impacto, considerando los controles existentes. Este análisis descubre la escala del riesgo al que la organización puede estar sometida.
Para cerrar la jornada de preparación para un análisis FAIR, se debe diseñar un compendio de riesgo, que incluya los resultados de la evaluación de riesgo y las posibles estrategias para mitigarlo. Estos documentos son herramientas claves de referencia para decisiones estratégicas y se deben compartir con los actores en la toma de decisiones de la organización.
Para resumir, un análisis FAIR ejecutado con éxito y de manera efectiva exige una inmersión completa en los principios de FAIR, un proceso lúcido para detectar recursos, desafíos y barreras, y la consecución de una evaluación de riesgo en concordancia con la creación de un compendio de riesgo. Con una preparación adecuada, un análisis FAIR puede transformarse en una herramienta vital para gestionar el riesgo de información en cualquier organización.
El análisis FAIR se lleva a cabo mediante una secuencia de etapas que se describen a continuación para arrojar una evaluación de riesgo puntual y aplicable.
La fase inicial de un análisis FAIR consiste en detectar y describir las instancias de riesgo que se revisarán. Este proceso puede requerir la detectación de recursos informáticos, amenazas eventuales y medidas de protección que están en vigor. En esta fase, es imperativo tener un entendimiento nítido de los sistemas informáticos y procesos de negocio que están sujetos a evaluación.
Tras la detección de los escenarios de riesgo, el paso que sigue es estimar la recurrencia y la escala de los daños potenciales. La recurrencia se refiere a cuántas veces es probable que suceda un evento de perjuicio en un lapso de tiempo especificado. La escala se refiere al impacto económico que conllevaría un evento de pérdida.
La inspección de los componentes de riesgo implica la revisión de los diferentes componentes que contribuyen con el riesgo. Esto puede abarcar elementos como la vulnerabilidad del sistema, la habilidad de las amenazas para explotar las vulnerabilidades y la eficacia de las medidas de seguridad actuales.
Después de la evaluación de los componentes de riesgo, el paso que sigue es realizar una estimación del riesgo. Este proceso se realiza usando un compendio de modelos matemáticos y discernimiento experto. El resultado es una valoración cuantitativa del riesgo.
La fase final de un análisis FAIR es la evaluación de los resultados. Esto implica entender qué significan los resultados en relación con la vulnerabilidad al riesgo de la organización y tomar decisiones sobre cómo manejar dicho riesgo.
En definitiva, el análisis FAIR consiste en detectar y describir escenarios de riesgo, estimar la recurrencia y escala del perjuicio, revisar los componentes de riesgo, estimar el riesgo y evaluar los resultados. Cada una de estas fases es fundamental para obtener una evaluación de riesgo precisa y de utilidad.
Cómo Maximizar los Beneficios de la Evaluación FAIR para la Protección Cibernética
El método FAIR, figurando como un pilar esencial en el control proactivo de las amenazas de seguridad informática, necesita una comprensión minuciosa y un empleo certero. Este artículo ofrece un estudio en profundidad sobre la interpretación y aplicación de la evaluación FAIR para robustecer la protección cibernética de su organización.
El primer reto para un uso beneficioso del método FAIR es una interpretación adecuada de su evaluación. Estos datos otorgan un punto de vista cuantificable de los retos de seguridad de la información, brindando a las organizaciones la oportunidad de decidir con base en información factual y no en supuestos.
Por ejemplo, si la evaluación FAIR señala alta vulnerabilidad de algún componente, implica la necesidad de plantear medidas para minimizar tal debilidad. El proceso puede implicar mayor protección, fomento de la educación referente a la seguridad de datos, o retrabajado de políticas y procedimientos vigentes.
Luego de entender la evaluación FAIR, el segundo desafío es ponerla en práctica en el control de amenazas de seguridad informática. Según los resultados, existen diferentes caminos que podemos emprender.
Por ejemplo, si la evaluación FAIR indica riesgos ínfimos de pérdida en cierto componente, los esfuerzos de protección pueden redirigirse a otros. Contrariamente, si la evaluación FAIR destaca riesgos altos, es necesario contemplar estrategias para reducirlos.
La evaluación FAIR puede resultar igualmente útil para direccionar decisiones estratégicas de la organización. Por ejemplo, puede indicar cuáles son los aspectos de mayor valor para una entidad, en consecuencia mostrando dónde se deben focalizar los recursos de protección.
Además, puede revelar áreas de alto riesgo que demandan acciones de reforzamiento. Por ejemplo, si la evaluación FAIR observa elevadas amenazas por phishing, sugiere la necesidad de proporcionar a los empleados formación adicional en seguridad de la información.
Para concluir, la evaluación FAIR se convierte en un aliado potente en el control de riesgos de seguridad informática. Si se interpretan y aplican bien estos datos, tendrán una organización que puede resguardarse eficazmente y tomar decisiones estratégicas basadas en información confiable.
FAIR, metodología de gestión de riesgos, incorpora varios valores para las entidades interesadas en perfeccionar su entendimiento y gerencia de amenazas a la seguridad digital. He aquí una concreta enumeración de los aspectos más relevantes:
Lo que destaca a FAIR de otros sistemas de gestión de amenazas es su función para asignar un valor monetario a los riesgos. A diferencia de otros métodos basados en juicios subjetivos, con FAIR, las organizaciones pueden decidir inteligentemente dónde destinar sus recursos para enfrentar las amenazas.
El enfoque cuantitativo de FAIR para la evaluación de amenazas mejora la calidad de las decisiones estratégicas en las organizaciones. Los datos obtenidos con este método facilitan la prioritización de inversiones en seguridad, la definición sobre la asimilación del riesgo y la formulación de estrategias de mitigación de amenazas más eficaces.
FAIR incrementa la transparencia en la asignación y gestión de amenazas. Mediante la disección detallada de los riesgos, las entidades logran apreciar de donde emergen las amenazas y cómo se pueden enfrentar, favoreciendo así tanto a la comunicación interna como la externa sobre estos temas.
La metodología de FAIR es una herramienta útil para facilitar el diálogo en torno a las amenazas a la seguridad digital, asegurando que todos los miembros de una organización comprendan las amenazas y cómo se están abordando.
El uso de FAIR impulsa la optimización de los procesos de gestión de riesgos, mejorando la eficiencia operacional. Al adoptar FAIR como estándar, las compañías pueden acelerar y homogeneizar sus procesos de gerencia de riesgo, disminuyendo la repetición y mejorando la coherencia en su enfoque hacia las amenazas.
FAIR brinda un marco en el que los equipos y los individuos pueden asumir responsabilidades claras en la gerencia de amenazas a la seguridad de la información.
En resumidas cuentas, la metodología de gestión de riesgos FAIR otorga a las entidades un entendimiento cuantitativo y en profundidad de las amenazas a la seguridad digital. El resultado es un mejor proceso decisorio, una comunicación más eficaz, una mayor transparencia, mayor eficiencia operacional y una asunción de responsabilidad fortalecida en la gestión de riesgos.
A pesar de los numerosos beneficios que ofrece el Análisis de Factores de Riesgo de Información (FAIR), también tiene algunas desventajas que deben tenerse en cuenta.
Uno de los principales inconvenientes de FAIR es su complejidad. Implementar un marco de trabajo FAIR puede ser un desafío, especialmente para las organizaciones que no tienen experiencia previa en la gestión de riesgos de seguridad de la información. Se requiere una comprensión profunda de los conceptos de riesgo y seguridad de la información, así como la capacidad de aplicar estos conceptos en un contexto empresarial.
FAIR depende en gran medida de la disponibilidad de datos precisos y detallados. Sin embargo, en muchas organizaciones, estos datos pueden ser difíciles de obtener. Esto puede ser debido a la falta de sistemas de seguimiento de incidentes, la falta de documentación adecuada, o simplemente la falta de tiempo y recursos para recopilar y analizar los datos necesarios.
La implementación de FAIR puede ser un proceso que consume mucho tiempo y recursos. Esto puede ser un obstáculo para las organizaciones que tienen recursos limitados o que están bajo presión para entregar resultados rápidamente. Además, la formación del personal en el uso de FAIR puede requerir una inversión significativa de tiempo y dinero.
Aunque FAIR es un marco de trabajo reconocido y respetado, no existe un conjunto universal de estándares o directrices para su implementación. Esto puede dar lugar a inconsistencias en la forma en que se aplica FAIR en diferentes organizaciones, lo que puede dificultar la comparación de los resultados de la gestión de riesgos.
A pesar de su enfoque en la cuantificación del riesgo, FAIR todavía puede estar sujeto a un cierto grado de subjetividad. Por ejemplo, la evaluación de la probabilidad de un evento de riesgo y la estimación del impacto potencial pueden variar dependiendo de la persona que realiza la evaluación.
En conclusión, aunque FAIR ofrece una serie de beneficios significativos, también tiene sus desventajas. Es importante que las organizaciones sean conscientes de estos desafíos y los tengan en cuenta al considerar la implementación de FAIR.
Resumiendo, la Evaluación de Factores de Riesgo Informático (EFRI) desempeña un papel crucial en la identificación y cuantificación de las vulnerabilidades de ciberseguridad. Este procedimiento es un mapa que conduce a un análisis sistemático y preciso de estos riesgos, otorgando a las empresas la posibilidad de delinear medidas y protocolos de protección basados en evidencia sólida.
Para cualquier organización que prioriza la seguridad cibernética, EFRI es un factor determinante. Este método simplifica el diseño de un esquema sólido para la identificación objetiva y cuantificación de vulnerabilidades, permitiendo que las decisiones empresariales se lleven a cabo basándose en información concreta en lugar de conjeturas. Esto puede resultar en una administración de riesgos más eficaz, ofreciendo una fortaleza defensiva robusta contra las amenazas cibernéticas.
EFRI se distingue de otras técnicas de administración de riesgos por su enfoque en los elementos críticos de la seguridad en línea. En lugar de depender de listas o conjeturas, EFRI se basa en el análisis meticuloso de información. Aunque su implementación puede ser más laboriosa que otros sistemas, los beneficios a largo plazo que proporciona esta metodología son significativos.
| Método | Enfoque | Beneficios | Dificultades |
|---|---|---|---|
| EFRI | Enfoque cuantitativo, apoyado en información | Detallado, basado en información, favorece decisiones equilibradas | La implementación puede ser intensiva, requiere recolección organizada de información |
| ISO 27005 | Enfoque cualitativo, basado en listas de comprobación | Fácil de implementar, ampliamente aceptado | Puede carecer de precisión, no favorece decisiones sólidamente fundamentadas |
Pese a los desafíos potenciales, EFRI se ha establecido como un recurso altamente benéfico para cualquier organización que busque perfeccionar su administración de riesgos en ciberseguridad. Su enfoque cuantitativo y dependencia de datos fidedignos para la mitigación de riesgos guía a las organizaciones hacia una protección reforzada contra las amenazas, y les permite tomar decisiones más fundamentadas en términos de administración de riesgos. Sin embargo, al igual que con cualquier recurso, EFRI debe ser aplicado adecuadamente para que sea efectivo. Esto requiere una comprensión amplia de su enfoque y una recolección de datos precisa. Con dedicación y laboriosidad, EFRI puede convertirse en un recurso invaluable para cualquier estrategia de seguridad cibernética.
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Acerquémonos al concepto clave en el ámbito operacional y cibernético, el Marco de Evaluación de Factores de Riesgo (FAIR) y su aplicación efectiva.
FAIR es un modelo de apreciación de amenazas aplicadas al mundo digital y al control de vulnerabilidades operacionales. Aporta una plataforma cuantitativa para abordar la raíz del peligro que supone la seguridad de la información.
La perspectiva de FAIR hacia el riesgo radica en dos aspectos: el probable y el resultado. El primero hace alusión a la eventualidad de un suceso riesgoso, y el segundo, a las secuelas de tal suceso.
FAIR se fundamenta en dos aspectos críticos para su análisis: la posibilidad de pérdida y la severidad de dicha pérdida. Ambos son vitales para desglosar y examinar los factores de riesgo.
Tener a mano información sobre los recursos actuales, amenazas y medidas de seguridad es esencial para una auditoría de FAIR. También es crucial tener una visión clara de los objetivos comerciales y posibles desviaciones generadas por los riesgos.
Las etapas del análisis FAIR incluyen la identificación del escenario de riesgo, la evaluación de potenciales y repercusiones y la medición del riesgo.
Los datos generados por FAIR pueden influir en decisiones claves en la gestión de vulnerabilidades. Esto puede abarcar la detección de áreas que requieren un reforzamiento de seguridad, la priorización de inversiones en protecciones y la comunicación de riesgo a las partes involucradas.
La gestión de riesgos a través de FAIR puede dotar a las empresas de las herramientas para entender y manejar de forma eficiente sus riesgos de seguridad. Además, puede intervenir en la mejora de la toma de decisiones, maximización de recursos de seguridad y la rápida comunicación de riesgos.
Usar FAIR puede requerir la recopilación e interpretación de un rango considerable de datos, la generación de resultados subjetivos y necesita un entendimiento bien fundamentado de las prácticas FAIR para su uso eficaz.
FAIR es un patrón de estimación de riesgos y no un sistema plenamente integrado de gestión de riesgos. Su propósito es comprender y valorar el riesgo, sin embargo, no proporciona una metodología de cómo gestionar ese riesgo. No obstante, los datos surgidos del análisis FAIR pueden ser de gran valor y perfeccionados para la gestión total de riesgos.
Presentamos una recopilación distinguida de recursos académicos fundamentales, centrados en el análisis de amenazas de datos mediante la matriz FAIR:
Jack Jones y Jack Freund, de forma unida, han plasmado sus perspectivas en "Gestión de amenazas funcionales vía FAIR", proporcionando claridad sobre la aplicación de FAIR en la mitigación de riesgos funcionales.
"Modelo FAIR para la defensa de información: Examen", proporcionado por Mark Carney, sumerge al lector en la teorización y evaluación de FAIR, desde el ámbito de la ciberseguridad.
"Recolección exhaustiva de conocimientos sobre FAIR", cortesía del Instituto FAIR, es una vasta biblioteca de información que facilita la comprensión y adaptación del modelo FAIR.
Gary Stoneburner, por medio de su trabajo, "Creando nuevos carriles en la gestión de amenazas informáticas con FAIR", proporciona un cuadro refrescante para el manejo de las vulnerabilidades en la seguridad de los datos a través de FAIR.
"FAIR: Instrumento vital para la defensa cibernética", es una investigación del Instituto FAIR, que analiza por qué FAIR se considera como una herramienta vital para la protección de información.
"Atajando amenazas informáticas y Modelo FAIR: Guía completa", es una investigación minuciosa del Instituto FAIR que instruye sobre la asimilación del modelo FAIR en el manejo de las amenazas.
Gary Stoneburner, investiga el uso práctico de FAIR en la mitigación de amenazas de información en su obra, "Implementación del modelo FAIR en la defensa de datos y gestión de riegos".
"Modelo FAIR: Eje de la gestión de vulnerabilidades", es una publicación del Instituto FAIR, ofrece una visión completa de cómo FAIR se encarna en un ambiente empresarial.
"Adaptación del Modelo FAIR en el tratamiento de amisión de datos", es un valioso manual del Instituto FAIR, que aclara detalladamente los beneficios de la inclusión de la metodología FAIR.
En última instancia, "Jerarquizando amenazas en la información y su renovación", aportación final de Gary Stoneburner, se centra en la utilización de FAIR en el tratamiento de las vulnerabilidades en el dominio de la defensa de datos.
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