En el ambito de protección informática, hallamos primordialmente dos clases de agresores cibernéticos: Los infiltrados de senda (on-path) y los disidentes de senda (off-path). Estos configuran desafíos enormes para la integridad de la red, pero se diferencian en sus tácticas y en los mecanismos de contraataque.
Un infiltrado de senda es aquel que se ha integrado en la trama de red por donde circulan los datos que pretende capturar. Esto implica que tienen el poder de capturar, inspeccionar, alterar o incluso obstruir la circulación de información a través de esta senda. Los infiltrados de senda suelen recurrir a técnicas del género de la "interposición de entidad" (Man-in-the-Middle, MitM), donde se sitúan a la medias de entidades que interactuan y tienen la capacidad de capturar o modificar la información que se intercambia entre ellas.
Al contrario, un disidente de senda es aquel que no está integrado en la trama de red donde circula la información que pretende capturar. En vez de capturar la información de manera directa, estos agresores tratan de inferir o anticipar datos sobre la información mediante tácticas como el escrutinio de tráfico o el aprovechamiento de debilidades en los protocolos de red.
| Infiltrado de senda | Disidente de senda |
|---|---|
| Integrado en la trama que circula la información | No está ubicado en la trama que circula la información |
| Capaz de capturar, inspeccionar, alterar o obstruir datos | Trata de inferir o anticipar información |
| Recurre a técnicas de "interposición de entidad" | Recurre a técnicas como escrutinio de tráfico o el aprovechamiento de debilidades en los protocolos |
El resguardo contra infiltrados de senda y disidentes de senda necesita de estrategeias contrapuestas. Para los infiltrados en ruta, defensas efectivas pueden englobar el empleo de enlaces seguros (como HTTPS), la confirmación de la identidad de las entidades y la instauración de protecciones en la red, como muros de fuego y sistemas de notificación de intrusiones.
En contraste, la defensa contra los disidentes de senda puede ser más compleja, ya que estos agresores pueden ser más esquivos. Sin embargo, la supervisión de la red, la instauración de normativas de protección rigurosas y la formación de los usuarios sobre los peligros de seguridad pueden ser determinantes.
En definiva, los infiltrados de senda y los disidentes de senda son desafios importantes para la integridad de la red. No obstante, al comprender sus estrategias y cómo montar una defensa, se puede salvaguardar su información y perpetuar la seguridad de su red.
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WiFi es una tecnología muy usada para el acceso a internet. No obstante, su popularidad y su funcionamiento sin cables la convierten en una diana para los ciberdelincuentes.
Los ciberdelincuentes suelen usurpar la posición que ocupa el punto de conexión a internet, quedando así entre la víctima y el internet. En WiFi, esta maniobra se ejecuta principalmente de dos formas. La primera es estableciendo una red WiFi impostora o “punto nocivo”. La red fraudulenta adopta un nombre idéntico (o casi) que una red segura, engañando a los dispositivos para que se unan a la red impostora. Al adherirse un dispositivo a la red impostora, el ataque se materializa al interceptar, variar o direccionar su tráfico de internet.
La segunda técnica es el ataque de “infiltración de comunicación”. Aquí, el ciberdelincuente se infiltra en el diálogo entre dos partes, y captura, podiendo modificar, los datos que se comparten. Para llevar a cabo esto, utiliza herramientas especializadas para capturar y decifrar el tráfico de la red WiFi.
Los ciberataques en WiFi poseen un gran potencial dañino. En primer lugar, el atacante puede apoderarse de datos delicados como contraseñas, numeraciones de tarjetas de crédito y datos privados. Luego, el cibercriminal tiene la capacidad de modificar los datos intercambiados, exponiendo a la víctima a webs impostoras o a la descarga de códigos maliciosos. Finalmente, el atacante tiene la posibilidad de usar la conexión de internet secuestrada para llevar a cabo actos delictivos, tales como la realización de ataques de interrupción de servicio o la difusión de contenido ilegal.
Nota: Reconocer un ciberataque en WiFi puede resultar complejo, debido a que a menudo el atacante pasa inadvertido. No obstante, existen indicios que pueden revelar la presencia de un ciberataque, como una lentitud inusual en la conexión a internet, la aparición de redes WiFi desconocidas con nombres parecidos a las conocidas, y la presencia de certificados de seguridad inválidos o alertas de seguridad al visitar sitios web.
Para finalizar, los ciberataques suponen un peligro considerable para la seguridad en las redes WiFi. Sin embargo, mediante la adquisición de una conciencia adepto y la implementación de medidas de seguridad correctas, es factible salvaguardarse frente a estos ciberataques.
La defensa contra los atacantes en ruta es un aspecto crucial de la seguridad en línea. Aquí, exploraremos varias estrategias que pueden ayudar a proteger su red y sus datos.
Mantener actualizado su software y hardware es una de las formas más efectivas de protegerse contra los atacantes en ruta. Los fabricantes de software y hardware a menudo lanzan actualizaciones que corrigen vulnerabilidades de seguridad conocidas. Asegurarse de que todos sus dispositivos y programas estén actualizados puede ayudar a prevenir ataques.
Las VPN crean un túnel seguro entre su dispositivo y el servidor VPN, lo que dificulta que los atacantes en ruta intercepten su tráfico de Internet. Al usar una VPN, su tráfico de Internet se cifra, lo que significa que incluso si un atacante logra interceptarlo, no podrán leerlo.
HTTPS es un protocolo de seguridad que cifra la comunicación entre su navegador y el sitio web al que está accediendo. Al usar HTTPS, puede protegerse contra los atacantes en ruta al asegurarse de que la información que se transmite entre su dispositivo y el sitio web esté cifrada.
La autenticación de dos factores agrega una capa adicional de seguridad al requerir dos formas de identificación antes de permitir el acceso a una cuenta. Esto puede ser especialmente útil para protegerse contra los atacantes en ruta, ya que incluso si logran interceptar su nombre de usuario y contraseña, aún necesitarán el segundo factor de autenticación para acceder a su cuenta.
Finalmente, una de las formas más efectivas de protegerse contra los atacantes en ruta es estar informado y consciente de las amenazas. Esto incluye entender cómo funcionan estos ataques, qué buscar y cómo responder si sospecha que ha sido víctima de uno.
En resumen, aunque los atacantes en ruta representan una amenaza significativa para la seguridad en línea, hay varias estrategias que puede utilizar para protegerse. Al mantener actualizado su software y hardware, usar una VPN, implementar HTTPS, utilizar la autenticación de dos factores y estar informado sobre las amenazas de seguridad, puede reducir significativamente su riesgo de caer víctima de un ataque en ruta.
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A continuación, responderemos a algunas de las preguntas más frecuentes sobre los atacantes en ruta.
Un atacante en ruta es un tipo de ciberdelincuente que se sitúa en el camino de la comunicación entre dos partes para interceptar, alterar o incluso bloquear los datos que se están transmitiendo. Este tipo de ataque se conoce también como "man-in-the-middle" (hombre en el medio) y puede ser muy peligroso, ya que el atacante puede obtener acceso a información confidencial, como contraseñas o datos bancarios.
El atacante se sitúa en el camino de la comunicación, normalmente en una red WiFi pública o no segura. Cuando las dos partes comienzan a comunicarse, el atacante intercepta los datos que se están transmitiendo. Esto puede hacerse de varias maneras, como por ejemplo, utilizando un software especializado para "escuchar" el tráfico de la red.
Hay varias formas de protegerse de un ataque en ruta. Una de las más efectivas es utilizar una conexión segura, como una VPN, que encripta los datos que se transmiten, dificultando su interceptación. También es importante mantener actualizados los sistemas y aplicaciones, ya que a menudo incluyen parches de seguridad para proteger contra este tipo de ataques. Además, se debe evitar el uso de redes WiFi públicas o no seguras siempre que sea posible.
Puede ser difícil saber si has sido víctima de un ataque en ruta, ya que estos ataques suelen ser discretos. Sin embargo, hay algunas señales de advertencia que pueden indicar que algo no va bien. Por ejemplo, si tu conexión a Internet es más lenta de lo normal, si recibes mensajes de error inesperados o si tus cuentas online han sido bloqueadas o alteradas sin tu conocimiento, podrías haber sido víctima de un ataque en ruta.
Si crees que has sido víctima de un ataque en ruta, lo primero que debes hacer es cambiar todas tus contraseñas, especialmente las de tus cuentas bancarias y de correo electrónico. También deberías contactar con tu proveedor de servicios de Internet y con cualquier entidad con la que hayas compartido información confidencial. Además, es recomendable que informes del incidente a las autoridades locales y a cualquier organización de protección al consumidor relevante.
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